Financiar tus facturas con Fingo tiene un bajo costo y está compuesto por:
Una diferencia de precio (tasa) que se calcula según tu nivel de riesgo y el de tu cliente.
La comisión que cobramos. Ésta corresponde a los costos administrativos de operar, pero no te preocupes; ¡es muy baja!
Además, aplicamos retenciones por si tu cliente se demora en pagar y la factura cae en mora. En el caso que la retención no se utilice, se transformará en excedente y podrás solicitar que te la depositemos el mismo día directamente a tu cuenta bancaria.
El excedente retenido lo podrás pedir una vez que tu cliente haya pagado y se salden todos los intereses por mora y otras deudas que puedas tener.
A continuación, te mostramos un ejemplo de los costos de operar con Fingo: